Existe suficiente evidencia de que el asma no controlada es un riesgo probable para la supervivencia materna y fetal y para el crecimiento fetal. Las metas para el tratamiento del asma durante el embarazo son las mismas que para las pacientes no embarazadas – prevenir hospitalización, visitas a urgencias, ausencias laborales, e incapacidad crónica. El manejo del asma en ambas situaciones también es similar. Se deben evitar alérgenos e irritantes, incluyendo exposición a mascotas y los efectos dañinos del tabaquismo. Los medicamentos deberán ser seleccionados pensando en la seguridad materna y del feto. Varios medicamentos antiasmáticos se consideran seguros durante el embarazo, pero la asmática embarazada debe ser monitoreada por un especialista para optimar el control del asma usando los medicamentos mas seguros.
Algunas preguntas comunes respecto al asma y embarazo
Estudios recientes indican que el asma materna que no se controla adecuadamente durante el embarazo no aumenta el riesgo de complicaciones maternas o del niño. Ellos también indican que existe una relación directa entre peso bajo al nacimiento y asma menos controlada. Si la madre requiere cortisona (esteroides) orales o por inhalación, el embarazo y su término no parecen afectarse si se controla el asma.
El asma no controlada causa un disminución en el contenido de oxÃÂÂgeno de la sangre materna. Ya que el feto obtiene el oxÃÂÂgeno de la sangre materna, la disminución de oxÃÂÂgeno en ésta puede causar disminución del oxÃÂÂgeno en la sangre fetal. Esto puede llevar a una alteración en el crecimiento y supervivencia fetal. El feto requiere un aporte constante de oxÃÂÂgeno para su crecimiento normal y desarrollo.
Los medicamentos para el asma no parecen estar asociados con un aumento en las malformaciones congénitas. Observaciones en cientos de pacientes embarazadas con asma han demostrado que la mayorÃÂÂa de los medicamentos antiasmáticos son apropiados para su uso en el embarazo. Los riesgos de asma no controlada parecen ser mayores que los riesgos de los medicamentos necesarios para el asma. Sin embargo, cualquier medicamento oral deberá evitarse al menos que sea necesario para el control de los sÃÂÂntomas. En general los aerosoles son el tratamiento de preferencia.
El embarazo puede afectar la gravedad del asma. Se ha demostrado en un estudio que el asma empeora en 35% de mujeres embarazadas, mejora en el 28% y permanece sin cambios en el 33%.
El asma tiene tendencia a empeorar durante el embarazo al final del segundo y al inicio del tercer trimestre; sin embargo las mujeres pueden experimentar menos asma durante las cuatro últimas semanas del embarazo. El asma difÃÂÂcil durante el trabajo de parto y el perÃÂÂodo expulsivo es muy rara en las mujeres que han recibido un control adecuado del asma durante el embarazo.
La razón exacta se desconoce. Los niveles elevados de cortisona en el cuerpo durante el embarazo pueden ser una causa importante para esta mejorÃÂÂa.
Algunas mujeres pueden tener reflujo gastro-esofágico causando eructos, agruras, u otros sÃÂÂntomas. Este reflujo, infecciones de senos paranasales y aumento de la tensión pueden agravar el asma. Frecuentemente, una infección viral respiratoria causa una exacerbación del asma durante el embarazo.
Las vacunas para la alergia no tienen un efecto adverso en el embarazo, por lo tanto pueden continuarse. Sin embargo no deben iniciarse durante el embarazo, y la dosis debe ser cuidadosamente monitoreada por el riesgo de una reacción alérgica (anafiláctica) a las vacunas. Tal reacción, aunque rara, puede ser dañina para el feto.
SÃÂÂ, la mayorÃÂÂa de mujeres pueden llevar a cabo las técnicas de respiración de Lazame sin dificultad.
La alimentación al seno materno no debe descontinuarse. El paso de medicamentos a la leche materna no ha sido evaluado con precisión, pero no parece existir evidencia de que los medicamentos antiasmáticos (teofilina, beta agonistas, cromoglicato de sodio, esteroides) y medicamentos para la fiebre de heno (antihistamÃÂÂnicos y descongestionantes) afectan de un modo adverso al lactante.
El control del asma durante el embarazo parece ser esencial para la buena salud de la madre y del feto. La mujer embarazada debe ser monitoreada regularmente de modo que el empeoramiento del asma pueda recibir un cambio adecuado en el programa de manejo. Cuando se evitan los episodios de asma grave, casi todas las mujeres con asma tienen embarazos normales.